Estoy profundamente agradecido a los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos (SCOTUS por sus siglas en inglés) por su disposición a escuchar este asunto y por su opinión final.

La decisión de hoy de la corte más alta de nuestra nación es una profunda que suena fuertemente en Filadelfia y reverbera en todo el país. Trae luz y alivio para los niños en necesidad de hogares amorosos y para los heroicos padres de crianza que abren sus corazones y puertas para cuidarlos. El fallo emitido hoy es también una afirmación cristalina de los derechos de la Primera Enmienda para la Arquidiócesis de Filadelfia y para todos los ministerios de caridad en Estados Unidos que son inspirados por su fe a servir a los más vulnerables entre nosotros.

Hace poco me preguntaron si hoy era un día de victoria y de celebración; sin duda es una victoria para los niños necesitados y es apropiado para nosotros celebrar el ejemplo de los padres de crianza que dan de sí mismos libremente.

Por lo tanto, hoy celebramos a las madres de crianza como Sharonell Foulton, que ha cuidado a más de 40 niños de crianza en los últimos 25 años, y a Toni Simms-Bush, que adoptó a dos niños pequeños en asociación con Servicios Sociales Católicos. También traemos a la memoria a Cecilia Paul, cuyo legado de devoción desinteresada a los niños es conmemorada en una decision a proteger el ministerio que la ayudó a salvar vidas; sin sus esfuerzos incansables y desiteresados, hoy no habría sido possible.

La Iglesia en Filadelfia ha hecho mucho más que proporcionar cuidado de crianza por más de 200 años; continuamos siendo pioneros en programas destinados a romper los ciclos de violencia y pobreza que han plagado a las familias inmigrantes y minoritarias durante décadas. También hemos estado trabajando diligentemente para aliviar el sufrimiento provocado por el COVID-19. En el último año, nuestros programas de caridad han proporcionado más de un millón de comidas en la región metropolitana de Filadelfia a aquellos que luchan con la inseguridad de su alimentación. También hemos adaptado nuestros servicios para que podamos continuar brindando asistencia legal a migrantes y refugiados, distribuyendo pañales y fórmulas para las madres, y foros para importante debates y sanación a raíz de las tensiones raciales.

La Iglesia católica en Filadelfia es firme en su compromiso de continuar sirviendo a las necesidades temporales y espirituales de todos, ahora y a largo plazo. Nos hemos asociado muchas veces con éxito con el gobierno de la ciudad, para servir al pueblo de Filadelfia, y esperamos continuar una asociación fructífera en el futuro.

El fallo de hoy permite que nuestros ministerios continúen sirviendo a los necesitados, que las familias de crianza encuentren una agencia que comparta y refleje su fe, y que los niños de crianza encuentren un hogar amoroso. También protege nuestro derecho consagrado a la libertad religiosa y celebra la rica diversidad de creencias religiosas en Estados Unidos.

A menudo he dicho que somos un pueblo de esperanza. Es mi esperanza personal que la decisión de hoy deje muy claro que los ministerios religiosos no pueden ser obligados a pagar el precio de abandonar sus creencias para poder ministrar a los necesitados; todos podemos vivir y trabajar en paz, uno al lado del otro, para crear un futuro mejor y más brillante para todos nuestros hijos.

Gracias por su tiempo y que Dios lo bendiga.

Reverendísimo Nelson J. Pérez, D.D.

Arzobispo de Filadelfia

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Nota del editor: Para consultas de los medios de comunicación y más información sobre Fulton, et al. Ciudad de Filadelfia, visite https://www.becketlaw.org/case/sharonell-fulton-et-al-v-city-philadelphia/